Localización 
        Para llegar a Viana do  Bolo la principal vía de comunicación es la carretera que une A Rúa con A  Gudiña (OU-533). También podemos acceder directamente desde Ourense llegando a  Pobra de Trives (OU-536) y desde allí tomando la carretera en dirección a  Larouco (OU-636). Desde el núcleo urbano, si venimos de A Rúa, debemos ir en  dirección sur por la carretera de A Gudiña hasta llegar al desvío de  Caldesiños. Después de desviarnos divisaremos una pequeña línea montañosa de  color anaranjada, cubierta de maleza y arbustos. Hay dos puntos para visitar  este recurso, desde centro (42.147019,-7.117256), o desde la otra ribera del  Camba (42.152714,-7.127899). 
  
    El oro de Roma 
      Nuestra primera impresión puede resultar bastante confusa  por el manto arbóreo que cubren las actuales minas romanas de Caldesiños,  conocidas por el nombre de As Borreas de Caldesiños. Si prestamos la atención  necesaria veremos como esta montaña tiene una serie de cráteres en forma de  gajo de una naranja o de media luna. 
    La minería romana no entendía de protección del paisaje u  otra serie de valores naturales cuando el oro estaba por medio. Así pues, no  dudaron en desmontar la mitad de esta montaña para conseguir unos kilos de oro  en esta explotación aurífera secundaria entre aluviones consolidados. Después  transportarían este mineral a Bracara Augusta (Braga) o a Asturica Augusta (Astorga)  aprovechando la nueva calzada romana diseñada para el aprovechamiento de los  metales preciosos de esta región: la Vía Nova. 
    Mina de  Caldesiños (As Borreas) 
      Otra  perspectiva de la Mina de Caldesiños 
  
El poblado minero  
  La  aparición de restos de cerámica común romana y tégula en las inmediaciones de  la Mina de Caldesiños, apenas 1 kilómetro y medio, podría estar relacionada con  la presencia de un poblado minero preparado para explotar la riqueza aurífera  de este territorio. 
Foto  desde el Mirador Sur de las Minas de Caldesiños, próximo al poblado minero 
  
El aprovechamiento del agua  
  Para  conseguir esta fuerza hidráulica era necesario contar en esta zona con el río  Bibei, y de dos de sus afluentes como el Conso y el Camba. Precisamente, en  este instante estamos contemplando este último situado al oeste de las Minas de  Caldesiños. El paisaje fluvial no es el mismo de entonces, las obras del  embalse de Bao, ocasionaron el anegamiento de antiguas casas y aldeas por la  subida de la cuenca fluvial. 
Los  romanos aprovecharon la potencialidad hidráulica de estos cursos para llevar el  agua a las zonas de explotación minera. Una vez allí, empezarían se emplearían  varias técnicas: “zanja-canal”, “cortas de arrastre” y “cortas de minado”, la  última  es la “ruina montium”, basada en  la realización de una serie de túneles que ayudados por la fuerza del agua  consiguen reventar el interior de una montaña.  
Vista  de la Mina de Caldesiños desde la otra ribera del Camba 
  
El río rojo  
  El mismo río Camba que discurre próximo a las minas de  Cadesiños (As Borreas), esconde en sus profundidades un episodio histórico bañado  con sangre. Esta fue la batalla de San Cibrao, entre dos de las casas más  poderosas del momento, por el lado castellano, el Conde de Benavente, y por el  lado gallego, el Conde de Lemos. La batalla fue de tal intensidad según la  leyenda, que el río Camba se tiñó de rojo. 
El  río Camba, el río teñido de rojo  |